Todo comienza en un pueblo en Japón, con una familia de una clase media que luchaba para conseguir el pan de cada día, los padres trabajaban noche y día con tan solo un mínimo descanso.

Ellos tenían un hijo de 11 o 12 años de edad cuyo nombre era Yoru, que significa noche. 

Una noche el se había quedado con su madre, comieron y se fue a dormir. Su madre se quedó despierta hasta que venga su marido aproximadamente a las 11 u 12 am, se quedo en un completo silencio, espero y espero, pero nunca regreso a casa. No se preocupó porque ya había pasado que su marido hiciera horas extras. 

Pasaron días y nada se sabia de aquel hombre, se rumoreaba que había muerto o abandono a su familia por dinero. Esos pensamientos y rumores que escuchaba el niño le dejo con una gran incomodidad al pensar que el padre que tanto quería lo había abandonado o mucho peor había muerto.

Su madre totalmente asustada lo escondió y protegió, pero cada día su mente se retorcía cada vez más, se volvió una alcohólica y empezó a pegarle a su hijo como un medio de aliviar su sufrir. Cada día era una pesadilla para él.

Un día su madre se paso, le tiro una botella que tenía en la mano, Yoru quedo inconsciente, la sangre se derramaba por su rostro. Su madre entro en razón pero seguía ebria, se puso a llorar con el cuerpo de su hijo en sus brazos, cada lagrima que soltaba, para Yoru era un perdón de parte de ella.

Unos pocos minutos después falleció por una hemorragia interna...

De un momento a otro entro la policía, acompañados por un hombre, la policía se llevo a la madre, ella rogaba para que no la separaran de su hijo, pero igual lo hicieron...

El cuerpo del niño no se encontró, dicen que una silueta de una mujer se llevo el cuerpo y hizo que desapareciera. Se rumorea que esa silueta con luz era su madre que vendió su alma al diablo para volver a empezar una nueva vida con su hijo...