La población en la localidad de Vergara, ubicada entre Treinta y Tres y Cerro Largo, se había originado a orillas del Parao, un arroyo de llanura agreste y con muchos bañados.
Culminando la década del 40 el Parao fue testigo de una desgracia que sacudió al pueblo: una mujer que paseaba sobre el puente ferroviario que cruzaba las aguas, fue atropellada por un tren que hacía su ruta a un horario desacostumbrado.
Al tiempo de este suceso, los pobladores que vivían cerca del puente, empezaron a escuchar nuevamente los ruidos de la tragedia. Todas las noches, a la distancia, se repetían los ecos amortiguados de esa desgracia.
Delfina Larrosa, liceo N°2 "Serafín. J García", Treinta y Tres
Me encantó esta historia! Tiene que ganar si o si!