La leyenda de ''La llorona'' es una de las más populares del mundo, seguramente alguna vez haz oído sobre este personaje, sin embargo, hoy vamos a ver la versión uruguaya más conocida, la del Parque Rivera en Montevideo:

Según cuentan los vecinos del barrio, desde hace ya mucho tiempo, el escalofriante fantasma de una desventurada mujer, deambula entre los árboles del Parque Rivera y a veces emerge de las aguas del lago. Vaga de aquí para allá llorando desconsoladamente.

Una mujer y su esposo con sus 2 hijos van por noche al parque Rivera a presenciar una hermosa noche de verano, cenando allí. Cuando terminan de hacer ese picnic, los niños se internan dentro del parque a jugar, la mujer recoge las cosas que utilizaron para su cena y el hombre se dirige al auto para buscar algo. Cuando la mujer terminó y llevaba las cosas al auto, se encontró con algo que la impactó mucho, dando un gran grito de horror: su esposo se encontraba degollado en el asiento delantero del auto. La mujer, después de presenciar aquella cosa tan horrible, llorando, sale corriendo desesperadamente a buscar a sus hijos. Después de horas de búsqueda, ve en el lago 2 personas flotando y cuando se acerca pudo reconocer a esas personas: sus 2 hijos. La mujer, después de tanto dolor al ver a sus seres queridos muertos, se interna con un inmenso dolor y llanto al Parque. Después de una hora de tanto llanto, ya no podía respirar y se cayó delicadamente al suelo, ¡muerta!. Según se cuenta, a las personas que van a aquellas horas de la noche a tontear en el interior del Parque Rivera, la mujer se les aparece con ese inmenso dolor y llanto, buscando aun el alma de sus 2 hijos y su esposo que fueron víctimas en un asesinato por un asesino desconocido, que aun hoy en día se desconoce su identidad.

También hay otras versiones como por ejemplo, que era una señora que ahogó a sus hijos, o también que le fueron a robar a la casa, mataron a su esposo y se llevaron a sus hijos, pero todas concuerdan con que fue en el Parque Rivera. 

Su descripción física dice que era: alta, demasiado delgada, con vestido blanco, harapiento, salpicado con manchas de barro. Con cabello negro, suelto y enmarañado, ocultándole gran parte de la cara. Se dice que su piel es arrugada y pálida, como si tuviera harina más o menos. Y sin lugar a dudas, lo más llamativo de la llorona del Parque Rivera, típico de todas las lloronas, es su llanto: un alarido agudo y que, al escucharse a lo lejos en las noches serenas, llega a poner los pelos de punta a sus ocasionales testigos.

Luca Sacías, Escuela N°107 Maldonado.