Había una vez un adolescente que le encantaba Halloween y los fantasmas.
En ese festejo, sorpresivamente apareció un ladrón con malas intenciones, con gran fortuna llegó de la nada un buen fantasma que ayudó al joven, y cuando este termino de ayudarlo, el muchacho pregunto: -¿quién eres?-.
A lo que el espectro responde: -Soy un fantasma que ronda por la ciudad ayudando a la gente-. El ente preguntó a continuación: -¿Quieres ayudarme?-.
-¿En que te ayudaría?- dijo el chico
-No requiere de mucho esfuerzo-. Afirmo el fantasma, -si quieres puedes darme una mano ayudando a la gente, eso queda a tu desición-.
Al final el joven se decidió a ayudar al fantasma, dado que el ente lo ayudó en su momento. El chico quiso hacer lo mismo con la gente para que estos se sientan bien.