Hace muchos años la aruera era un árbol que todos disfrutaban de su sombra, la usaban para sentarse a  desayunar, merendar y disfrutar de largas charlas. Un día un señor de mal humor se acercó y cómo estaba muy cansado comenzó a insultarla. De repente se levantó y comenzó a cortarle las ramas mientras le decía que no servía para nada. La aruera muy dolida por la situación decidió desprender de sus hojas una sustancia que daría una picazón muy fuerte al hombre en todo su cuerpo y que lo haría alejarse sin volver nunca más hasta que le pidiera perdón.

Pasó el tiempo y aquel hombre volvió al mismo lugar, pero esta vez estaba muy arrepentido, entonces le pidió perdón a la aruera y llegaron a un  trato que cada persona que pasara bajo su sombra debía saludarla para que así ella nunca más reaccionara frente a las personas produciéndoles alergias.