En mi pueblo se cuenta que hay un fantasma que ronda por la cocina de cualquier casa moviendo ollas, sartenes, en general muchos cubiertos.

Un día de noche mis padres me dijeron que se iban de viaje y que confiaban en mi para cuidar la casa, por lo menos un día, se terminaron yendo de casa.

Al principio todo estaba tranquilo, yo mirando tele, mi gato durmiendo en el sillón, hasta que escuche un ruido en la cocina, fui a ver que pasaba y una copa se había caído; no se como se cayó pero no me importó así, que fui a buscar la escoba para limpiar, me senté de nuevo y mi gato empezó a ver algo muy fijamente me di la vuelta y no vi nada.

Me fui a acostar tranquilamente, cerré los ojos, pero fueron pocos los segundos cuando los volví a abrir porque sentí un ruido en la cocina; fui a ver y todo estaba tirado en el suelo. ¿Quién pudo a ver sido, si solo estaba yo?, cuando sentí un suspiro en mi nuca me giré y tal fue mi sorpresa que no había nada.

¿Será que estoy alucinando? me pregunté, en ese momento volví a la cama pero una voz me decía: ve a la cocina, no sabía que hacer, ¿voy o no? me pregunté.

Agarré una linterna que tenia en mi cuarto y fui, alumbre todo hasta que vi una silueta parada frente a mi, lo supe por la sombra que hice con mi linterna, estaba inmóvil, no me podía mover, esa silueta se estaba acercando cada vez mas hacia a mi y cuando me atrapo abrí los ojos y resultó que todo era un sueño.

Me levanté de la cama y mis padres nunca se fueron de la casa.

Espero que les haya gustado mi historia, en serio quiero ganar el concurso de leyendas.  Denle líke para que eso ocurra. Mi nombre es Diogo  Fagian, tengo 10 años y soy de la Escuela 32 de Blanquillo, Durazno.